22 mayo 2006

La Tribu rompió la inercia del miedo que dejó la dictadura militar

FERNANDO CAMACHO Y PAULA MONACO

Las radios comunitarias en América Latina se erigen como un actor político fundamental por un hecho tan sencillo como significativo: su propia existencia comprueba que es posible otra forma de entender la realidad, ajena a la lógica del gran capital, y con la cual las personas se reconozcan a sí mismas.

Sin embargo, las experiencias de comunicación popular alternativa pueden consolidarse y superar la marginalidad y la inmediatez. Tal es la opinión de Gastón Montells, director de La Tribu FM 88.7, radiodifusora comunitaria que tiene 17 años de trabajo en Buenos Aires, Argentina, con influencia y auditorio crecientes.

En el contexto de su participación en la sexta Bienal Internacional de Radio, que ayer concluyó en el Centro Nacional de las Artes, Montells narró en entrevista con La Jornada cómo se ha construido la experiencia singular de esta emisora, y se dijo optimista sobre el estado de salud de las radios comunitarias en Latinoamérica.

La Tribu surgió en una etapa histórica de reflujo para la izquierda a finales de los años 80, principios de los 90, con el menemismo en el poder y el discurso de la modernidad neoliberal en boga.

En ese contexto, muchos activistas y estudiantes universitarios se ''refugiaron" en el proyecto incipiente de crear una radio que ofreciera una visión distinta al mainstream comercial, y reflexionar sobre la realidad para romper con la inercia del miedo y la inmovilidad heredadas por la dictadura militar de 1976-1982.

En la actualidad, se les considera un referente de las radios comunitarias en América Latina. Son una emisora de alta potencia que se escucha en todo Buenos Aires; unas 250 personas colaboran en su operación -20 con remuneración económica- y tienen un esquema de financiamiento que combina los créditos, las actividades propias y la venta de publicidad.

Por el derecho a elegir qué se oye

Pero el rasgo distintivo de La Tribu, y lo que la ha hecho trascender, es su trabajo de reflexión sobre el tiempo que se vive, tejer redes con otras organizaciones y no tener miedo a arriesgarse, expresa Montells.

''Crecimos al poner todo en riesgo, al tener audacia. No queremos ser un espacio tranquilizador" ni el único referente de los medios vinculados a los movimientos sociales, añade.

Con igual o mayor éxito que la radio comercial, La Tribu (www.fmlatribu.com) también imparte cursos de producción sonora, edita discos, libros y participa en concursos de radio.

En cuanto al futuro de los medios comunitarios en Latinoamérica y México, en particular, Gastón Montells se dice optimista, a pesar del entorno difícil que enfrentan: vacío jurídico, falta de apoyo institucional o franca persecución de los grandes corporativos.

''Hay tres factores que señalan la importancia de las radios comunitarias: su visibilidad, su legitimidad entre las personas y su constancia.

''Además, la gente ha descubierto que ha sido engañada y quiere apropiarse del derecho a elegir qué oye", afirma.

http://www.jornada.unam.mx/2006/05/20/a04n1cul.php