11 enero 2007

Chile: El virus de la televisión popular

Arnaldo Pérez Guerra
Punto Final / La Insignia. Chile, enero del 2007.



Las TV comunitarias no existen legalmente en Chile, pero la autogestión les da vida. Un vacío legal les permite ocupar frecuencias que, tarde o temprano, serán asignadas a la TV comercial. Llevan varios años trabajando en armar un sistema de televisión popular en todo Chile. Las actuales señales comunitarias saben que deben estar preparadas para cuando una ley regule sus emisiones. Porque no quieren desaparecer. Actualmente, ninguna autoridad controla su potencia de transmisión o sus contenidos. Pero las radios comunitarias ya pasaron por lo mismo. Antes de la legislación que las reguló, había miles. Hoy sólo quedan unas doscientas en el país y no pueden emitir comerciales, lo que les coarta una forma de financiamiento. Las TV comunitarias no poseen auspiciadores sino "socios colaboradores". Para Señal 3 de La Victoria, la TV popular debiera ser una organización sin fines de lucro, y un espejo de identidad local. "Es la propia gente la que debe involucrarse en la programación del canal, los centros culturales, centros de madres, clubes deportivos, cabros de la calle. En fin, todo el entorno social", señalan.
Señal 3 convocó al Segundo Encuentro de Televisión Comunitaria de Chile. Se desarrolló en la sede de Señal 3, y en la Casa de la Cultura de La Victoria. Los representantes de nueve canales comunitarios tomaron resoluciones y definieron qué es la televisión comunitaria y para qué quieren una televisión popular. Se creó un comité ejecutivo, con un representante por canal, y se dio vida a la Red de Televisiones Populares, conformada por Canal 6 -de la Universidad de Chile- y las televisoras de poblaciones de Renca, Estación Central, Conchalí, Barrio Yungay, La Reina, Tierras Blancas y Valparaíso.

El primer encuentro de TV comunitarias se hizo hace dos años en la Universidad Arcis. "Decidimos cortar las amarras con ellos, más ahora que están despidiendo a trabajadores y académicos y expulsando a alumnos. Optamos por caminar solos. Queríamos echar a andar esto con quienes efectivamente estuviera desarrollando televisión comunitaria, con quienes la están haciendo en las poblaciones y localidades de nuestro país. Por eso hoy estamos apoyando distintas iniciativas.

Dice Luis Lillo, de Señal 3: "En dos años más la TV análoga va a quedar atrás y se va a convertir en TV digital. Tenemos que estar al tanto de la nueva legislación, pues queremos tener un espacio en esa televisión. Por ahora ayudaremos a instalar el primer canal bilingüe en zona mapuche", anuncia Lillo, como lo han hecho en Playa Ancha, Tierras Blancas, Talca y en el barrio Yungay, Renca y La Reina, en Santiago.

"Esos canales están andando, no han parado. Eso es lo importante: que se mantengan en el tiempo y autogestionándose. La idea es que esto sea como un virus, que los canales se multipliquen y ayuden a formar otros. Actualmente en la TV abierta no están los temas que interesan. Nos mienten día a día. La gente necesita que le digan la verdad. En eso estamos. La gente debe verse reflejada en su TV y ser partícipe, lo que se logra con el canal comunitario. Por eso tenemos contactos con la Red Arco Iris de Italia y con Vive TV de Venezuela y ya estamos cumpliendo nueve años", dice Luis Lillo.




Multiplicar canales

Quienes participan en los canales populares advierten como potencial peligro la "normalización" o "legalización" de las señales de TV comunitaria. En regiones hay varias experiencias de televisoras comunitarias comerciales. Dependen y viven de los municipios y de proyectos que les producen ingresos. Algunos dependen de VTR, que les da un espacio en su frecuencia. "Para nosotros eso no es televisión comunitaria. Entendemos que la TV popular es sin fines de lucro, autogestionada, con identidad local y hecha desde la propia comunidad", señala Lillo.

Un día, Señal 3 comenzó a prestar su transmisor y a capacitar a pobladores de otras comunas para que se atrevieran a hacer TV. Su primera experiencia fue en Playa Ancha, Valparaíso. "Ahí nació IrreverenTV. Les prestamos el transmisor y la antena por tres meses, pero tardaron seis en montarlo. A cargo de ese canal está un centro cultural multifuncional. Primero hicimos las pruebas y después los asesoramos. Ellos tenían experiencia audiovisual. Gestionaron recursos para comprar su antena y transmisor y se dieron a conocer en el barrio y así lograr potenciar el centro cultural por medio del canal de televisión".

Ese mismo transmisor y antena pasó por Coquimbo, Talca y recientemente por el barrio Yungay, en Santiago. "En el barrio Yungay se juntaron centros culturales y grupos juveniles para armar un canal", dice Lillo.

Johanna, miembro del directorio de Señal 3, agrega: "Esta idea se viene gestando desde hace más de dos años. Siempre tuvimos interés en masificar la televisión comunitaria y no quedar mirándonos el ombligo. Nuestro sueño era que en otras comunidades hubiera televisión comunitaria. Estamos convencidos que la TV popular puede ser un mecanismo de cambio social".

La TV comunitaria logra arrastre en la población, lo que se ve reflejado en sus programas y noticieros. "La idea es que se multipliquen los canales. Si deciden hacer una legislación para la televisión comunitaria tendrán que llamarnos o no tendrá legitimidad. Quienes más sabemos somos quienes estamos haciendo televisión", dice Lillo.




Señal 3 La Victoria

Señal 3 La Victoria fue el primer canal de TV comunitaria en el país. Nació hace nueve años, tras varios intentos y un proceso de acumulación de experiencias y trabajo de la Agrupación de Jóvenes Videistas. La organización no posee fines de lucro y se mantiene gracias a la autogestión y el trabajo solidario.

Poseen algunos equipos y una precaria infraestructura, que se autofinancia con la venta de antenas y la creación y exhibición de micro comerciales de negocios y tiendas de la población y la comuna. También con el aporte que hacen sus "socios" y televidentes. "Tenemos lo mínimo para transmitir", dice Cristian.

El colectivo se declara "autónomo" y no responden a la lógica de partidos políticos tradicionales ni a "líneas editoriales" definidas por alguna organización en particular. Reconocen poseer una sensibilidad de izquierda.

"Transmitimos los que los canales abiertos o tradicionales simplemente no muestran: videos y documentales que recuerdan nuestra memoria histórica, política y social. Entregamos espacio a todas las personas y organizaciones sociales que lo solicitan, para expresarse y desarrollar programas de interés comunal o nacional", dice Luis Lillo. "La idea es educar a la gente, que se den cuenta qué es lo que está sucediendo en nuestro país y en el mundo, que no les vendan el cuento", agrega

Su alcance territorial abarca las comunas de Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo, San Miguel y parte de Cerrillos, Santiago Centro y Estación Central. "También realizamos actividades con otras organizaciones del sector, promoviendo por medio de éstas la organización y la toma de los espacios públicos. Ejemplo de eso son los pantallazos populares, que se realizan en la calle", dice Cristián.




Tierras Blancas

Juan Luis Elgueda es parte de TV 3, de Tierras Blancas, en Coquimbo. Llevan dos años trabajando como parte de un colectivo cultural. Son diez personas y transmiten los fines de semana. Todos tienen un "trabajo formal", por lo que participan los viernes en la noche y los sábados. También realizan talleres para editar imágenes. La iniciativa es idea del Colectivo Cultural Tierras Blancas que en tiempos de dictadura se llamaba Nuevo Amanecer. "Nos transformamos en un colectivo cultural. Nos dimos cuenta que lo popular estaba siendo contaminado por otras visiones y había que difundir nuestras propuestas. Pensamos en boletines, radio y en un momento determinado se planteó hacer TV como una cosa descabellada. Sabemos que las imágenes generan gran impacto. Así nos vinculamos con Señal 3 y con su colaboración levantamos TV 3. Transmitimos material desarrollado por los niños del colectivo, entrevistas, contactos con la población, tenemos una línea programática que consiste en fútbol amateur, la transmisión de algunos eventos, lo que nos vincula con la población, las ferias libres y el principio por el cual nos movemos que es la identidad", dice.

Señalan que Tierras Blancas está ausente, en términos expresivos, de la realidad nacional. "Nosotros no existimos, la gente de nuestra estatura, color de piel, está fuera de la TV. Nuestra idea es que el canal sea un espejo de nuestra realidad y permitir que la gente se vea reflejada no sólo como un 'elemento negativo'… hasta ahora, la recepción ha sido buena. Tenemos algunas dificultades en cuando a la calidad de la imagen, pero eso lo vamos a resolver. La gente ha ido descubriendo junto con nosotros que hay potencialidades en esto y que se puede ocupar esta herramienta", agrega.

Financian hasta ahora de su propio bolsillo. "Apostamos a la autogestión y a no depender de financiamientos estatales. Por mucho tiempo no hemos participado de proyectos. Tierras Blancas está en el límite entre las conurbaciones de La Serena y Coquimbo. Nuestra población tiene una identidad bastante fuerte y eso queremos fortalecerlo con instrumentos autónomos de comunicación porque somos un sector tremendamente discriminado y postergado".




Canal 6 en Internet

Javier Sandoval es miembro de Canal 6, un proyecto de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Chile. Comenzaron el año 2004, y el proyecto ha ido creciendo cada vez más. "Ya estamos en una marcha continua y sigue creciendo en cuanto a integrantes, participación y capacidades. Nos estamos convirtiendo en un portal en internet", dice.

Cuentan con un comité editorial y un cuerpo de realizadores. El comité fue elegido democráticamente. Eran jóvenes que ya poseían cierta trayectoria, capacidades y disposición para hacerse cargo del proyecto. "Canal 6 surge gracias a un fondo que se obtuvo justificándolo a través de un proyecto de participación estudiantil, por ende debía ser 'por' y 'para' los estudiantes. Todos pueden participar sin objeción alguna. En sus inicios constaba de recursos para adquirir un par de cámaras y un computador. La idea era que se le facilitaran los recursos técnicos a cualquier estudiante de la Facultad que quisiera hacer un video, con el compromiso que el video fuera difundido a toda la comunidad para retroalimentar el proyecto".

El cuerpo de realizadores está formado por todos los que han hecho videos. La inmensa mayoría de los trabajos tienen un corte social. "Tratamos de abarcar todas las temáticas nacionales y los asuntos universitarios por supuesto, la política, las actividades y eventos socioculturales, las denuncias de problemáticas populares. Queremos hacerle frente a la televisión abierta y al cable que no nos representan. La TV institucional y oficial no tiene canales para la participación popular, quienes deciden qué se muestra son los grandes grupos económicos".

Canal 6 está en la web (www.Canal6.cl) y cualquiera puede ver los videos. Tienen más de quinientas visitas diarias, y la página se ha ido difundiendo. "Seguiremos así en la medida que se vaya integrando más gente y difundiendo más la web. Queremos acceder a recursos técnicos para no sólo presentar nuestros videos sino dar pantallazos en las poblaciones. Ya lo hemos hecho con equipos prestados. Queremos salir del ámbito universitario hasta las comunidades y barrios, mostrar nuestros trabajos. Desde nuestros inicios hemos visto como una necesidad la existencia de la TV comunitaria y popular. Creemos que es una herramienta muy útil para que la gente busque una alternativa y se den a conocer sus problemáticas, sus ideas y se planteen soluciones que vengan desde ellos mismos", agrega

http://www.lainsignia.org/2007/enero/ibe_010.htm