14 noviembre 2006

Voces que fortalecen

La necesidad de hacer visible las voces ocultadas por los intereses de la hegemonía dio paso a la entrada de las radios comunitarias. Estas emisoras se ocupan de subvertir los cánones de las radios comerciales y aspiran a la unión latinoamericana.


Cuando se enciende el transmisor aparecen ruidos y crujidos que, luego de un instante, se diluyen para dejar en el aire las voces de los que en un lugar incierto, casi abstracto, producen significados micrófono mediante.
Los efímeros sonidos y silencios definen a la radio en todas sus variantes y formatos. Desde sus orígenes como aparato retransmisor devino en una de las herramientas de comunicación más utilizadas por gobiernos y organizaciones sociales para disputar los hilos del poder.

La radio, desde 1920, comenzó a crecer mutando rápidamente hacia diferentes formatos, dejando impresiones en la sociedad. Desde la escucha de discursos políticos, comunicados gubernamentales hasta la dramatización de historias mínimas. Estos momentos novelados reunieron a la familia en torno a un mueble que entretenía y era participe de la vida cotidiana en tanto suministraba al oyente informaciones antes impensadas.

Fue hacia 1980 cuando se produce un cambio trascendental a nivel mundial, en el entendimiento de la radio como elemento comunicacional. Las llamadas radios comunitarias tuvieron su origen en Argentina a mediados de la década del `80, en conjunto con la apertura democrática. En ese momento se produjo una explosión de las FM (radios de Frecuencia Modulada) de baja potencia, ya que los costos de los equipos se abarataron y fue más fácil el acceso a ellos.

Del mismo modo este fenómeno debe entenderse a nivel latinoamericano, más especialmente, como la respuesta de las clases populares luego de que los diferentes procesos dictatoriales inauguran el concepto neoliberal con la apertura económica, comercial y financiera. Este modelo trajo aparejado la desindustralización, suba del desempleo y reducción de los niveles de ingreso, beneficiando a los grandes grupos empresarios, al tiempo que la brecha de la desigualdad se hacia cada vez más estrecha.

Comunitarias, alternativas, barriales, las radios que se iniciaban y se inician a un costado de las privadas o públicas, con objetivos determinantes a la hora de la elección temática y su posterior tratamiento, llegaron a recibir el apodo despectivo de "truchas" o “ilegales”, más especialmente en los ´90 donde a partir de una fácil repartición y venta de las emisoras se instaló un discurso que demoniza lo alternativo y lo postula como carente de calidad.

El objetivo por el que comenzaron fue mostrar otras voces hasta entonces ocultadas, divulgar otras noticias despreciadas en los medios masivos de comunicación. Pero también y fundamentalmente fomentar un quiebre desde lo cultural, donde sin descuidar los contenidos se le diera mayor importancia a lo estilístico. También es esencial el giro que se dio en relación a la participación de los radioescuchas que hasta entonces no existía en los medios comerciales.

La Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) deja en claro un listado de principios definen a este tipo de radios en contraposición con otras.

En principio el objetivo es el ejercicio de la libertad de información y de expresión de una comunidad territorial o de intereses; debe ser de propiedad colectiva (grupo u organización social) y tener una gestión participativa, asegurando la plena participación de la comunidad a la que servirá.

Así mismo se constituyen como entidades sin fines de lucro, sin desestimar la financiación o la comercialización de publicidad de acuerdo a sus intereses, ya que no tiene “fines de perdida” y necesita de distintos recursos para sobrevivir. Por extensión se establece independiente y con actitud pluralista, lejos del proselitismo religioso o partidario.

Existen un sin número de emisoras comunitarias a los largo y a lo ancho de América Latina. Entre ellas se pueden distinguir educativas, culturales e indígenas, basadas en asociaciones y redes que revitalizan la democratización de la sociedad y la comunicación de aquellos que estuvieron silenciados y ahora hacen uso y exigen el derecho de expresarse.

Integrantes de organizaciones comunitarias de América Latina difundieron en una carta abierta publicada en la revista “Cara y Señal”; su visión ante los proyectos radiales: “…entendemos a la comunicación como un derecho humano fundamental que nos asiste desde que nacemos y que todas y todos debemos ejercerlo a lo largo de la vida con igualdad de oportunidades. Por esa naturaleza la comunicación debe servir para la inclusión social, para que a través de ella se expresen los conflictos y diferencias en diálogo con todos los pareceres, en la búsqueda del bien común”.

A modo de ejemplo en el panorama latinoamericano una de las variantes es el colectivo de comunicación denominado “Radio Culebra” que desde la ciudad de La Plata y un proyecto impulsado por profesionales de la radio que ya lleva tres años de vida, se conoce como una emisora de radio-arte que comparte sus producciones con otras emisoras y articula con organizaciones sociales, itinerante y nómade por elección. El entrecruzamiento entre los conceptos de radio y viaje pudieron asumir la misión de recorrer las ciudades de Tres Arroyos y Azul como prueba piloto y luego las Provincias de Mendoza, Catamarca donde funciona una especie de “cede”; San Luis; Entre Ríos y Santa Fe.

Recorren Argentina haciendo radio con sus equipos en pos del encuentro y la complementación con los comunicadores locales, entendiendo que la producción de conocimiento no tiene propiedad sino que es un bien común que une, en la medida que los representa. Por tal motivo eligieron la serpiente ya que es símbolo de sabiduría y de conocimiento para la mayor parte de las culturas originarias de América.

Así mismo “Estudio Rodante” es un grupo itinerante que luego de recorrer Argentina, está uniendo América, desde el 2005 y por dos años, en la ruta que une Argentina con Alaska. Su producción se asimila con la de Radio Culebra y surgió de la necesidad de apartarse de las radios comerciales porque consideraban que podían producir desde otra perspectiva que era posible desde el lugar de un asistente a sueldo.

En Argentina también existe “La Tribu Radio comunitaria” un colectivo de trabajo que articula músicos, actores, organizaciones sociales, empresas recuperadas y otras radios, en contacto con grupos de cartoneros de la ciudad de Buenos Aires; Abuelas y Madres de Plaza de Mayo; grupos de trabajo como “La Colifata”; la radio del Hospital Psiquiátrico Borda; ONG´s y unidades vecinales.

Por otro lado desde Alemania para Latinoamérica Verónica Mota, una mexicana, es una de las coordinadoras de “Radio Matraca”, una emisora que desde Berlín propone un proyecto independiente que produce programas en castellano para las radios comunitarias en América Latina. La misma reúne a inmigrantes de distintos países latinoamericanos con realidades muy diversas, en un grupo formado mayoritariamente por mujeres. Los une el deseo de construir un proyecto autónomo en el que puedan dar a conocer lo que experimentan como inmigrantes en Berlín y se encuentran abiertos a otros personas que en su misma condición quieran participar siempre y cuando compartan las perspectivas teóricas que los impulsa.

Otra de las radios por antonomasia es la del Ejército Zapatista de Liberación Nacional denominada “Radio Insurgente”, estación desligada del gobierno mexicano que difunde las ideas de la lucha Zapatista e informa sobre los avances en la construcción de la autonomía indígena. La estación transmite las noticias a todo el Estado de Chiapas en las lenguas aborígenes y construye sus bases sobre el lema “Luchar por la tierra, techo, trabajo, salud, educación, información, cultura, democracia, justicia, libertad y paz sean una realidad para todos los mexicanos”.

En lo por venir, el sábado 11 y el domingo 12 de noviembre, se juntarán en la Región Metropolitana, en El Canelo de nos, Chile cuarenta mujeres y hombres de radios comunitarias de Bolivia y ochenta provenientes de todas las regiones de Chile, en el “Encuentro de radialistas ciudadanos de Chile y Bolivia.” La idea es que compartan impresiones, reflexiones y experiencias sobre su quehacer radial, en la búsqueda de un proceso de integración que derrumbe los prejuicios y las discriminaciones entre ambas naciones. Una experiencia inédita, surgida de la iniciativa de los propios radialistas y a partir de los intercambios comunicacionales que Radio Tierra de Chile realizó con medios alternativos de Cochabamba, La Paz y Santa Cruz (Bolivia) luego de la victoria popular del Presidente Evo Morales.

El panorama detallado sobre las voces de América Latina es amplio y variado, pero ante todo queda en claro que cuando se habla de radios comunitarias, se habla de aquellos espacios alejados de los intereses empresariales y gubernamentales, con un sentido de resaltar las idiosincrasias que abren el abanico de las diferencias en pos del refuerzo de la unión latinoamericana.


http://www.corrientesnoticias.com.ar/interior.php?nid=55996