21 septiembre 2006

La revolución digital

Alberto Miguel Arruti

No ha hecho nada más que empezar y ya está cambiando nuestras vidas. Es muy difícil compararla con otro tipo de revoluciones. Son revoluciones técnicas que, en la mayor parte de los casos, se encuentran fundamentadas en la ciencia. Y así aparece ésta como el gran factor de la trasformación de la Humanidad. Y las otras revoluciones quedan, a lo sumo, como algaradas callejeras.

Ha cundido, en los últimos tiempos, el concepto de Brecha Digital, o “Digital Divide”, entendiendo por tal, “las desigualdades sociales, que comienzan a surgir, a medida que se desarrolla el uso de los ordenadores y de Internet”. Este concepto surgió en Estados Unidos, a mediados de los años 90.

Y una serie de preguntas surgen por doquier. La primera es sobre el futuro de los periódicos de papel en un mundo digitalizado. No parece muy optimista este futuro. Una situación análoga presenta el futuro del libro, y de lo que éste conlleva: las bibliotecas, las librerías, todo un mundo. Que puede desaparecer o, por lo menos, reducirse sustancialmente.

Dos profesores españoles, un filósofo, José Luis González Quirós, y un físico, Karim Gherab Martín, han escrito un libro, “El templo del saber”, en el que analizan las consecuencias de esta revolución en lo que al conocimiento se refiere. Revolución sólo comparable a la que se produjo, cuando se inventó la imprenta. Las técnicas de edición y de catalogación están ya cambiando y cambiarán todavía más en los próximos tiempos. “Resulta natural pensar en ordenar el conocimiento por temas, pero la clave de lo que aquí afirmamos es que no es ésta la única manera de presentar las cosas.

En efecto, la realidad puede verse habitualmente desde varias perspectivas, y no quita que la indexación por temas sea valorada como se merece para dejar de pensar en nuevas formas de clasificar las cosas”.

Las telecomunicaciones se encuentran, en este momento, inmersas en un proceso de cambio que las transformará por completo. Lo que se ha puesto de manifiesto, recientemente, en Santander, en un encuentro sobre telecomunicaciones, organizado por Aetic.

La transformación de las redes es debida a la adopción masiva de la banda ancha, tanto fija como móvil, que permite que los contenidos, que circulan por ella, hayan llegado a la complejidad multimedia, sobre todo los vídeos y la televisión. El mejor aprovechamiento del espectro radioeléctrico produciría, está sucediendo ya, un aumento en el número de las televisiones. Muchas de ellas tendrán que cerrar, debido a la inexorable, que son las leyes del mercado. Las que pervivan tendrán que buscar nuevos contenidos o especializarse en temas que agraden a la audiencia. De todos modos, la digitalización de las redes hertzianas no ha alcanzado el desarrollo tecnológico esperado.

Los gobiernos europeos han impulsado la TDT con la esperanza de que pueda actuar como revulsivo del desarrollo tecnológico de sus respectivos países. Se trata de una tecnología de sustitución, que anulará a su homóloga analógica. El “apagón analógico” está pensado que tenga lugar entre el presente año y el 2010. En gran parte, la tecnología depende de las decisiones políticas.

Este es el panorama, con el que se vislumbra, un futuro al que hay que hacer frente.


http://www.americaeconomica.com/portada/cultural/septiembre06/cultural150906.htm