08 septiembre 2009

Hay que pacificar a los medios de comunicación digitales

escrito por Susana Rodríguez


Le guste o no al común de la población, los medios que más les interesan a los niños y adolescentes son el internet, el chat, los mensajes vía celular, los videojuegos y no tanto la televisión, el radio y los medios impresos. Es por eso que en estos medios digitales con los que ellos están tan familiarizados deben existir opciones que hablan de la paz, los valores; esa es una de las alternativas más sanas para combatir a la violencia, planteó José Navarro, profesor de la facultad de sicología de la Universidad de Salamanca e investigador de los traumas relacionados con la violencia y la ruptura matrimonial. El investigador estuvo en Aguascalientes invitado por el Centro de Capacitación para el Desarrollo Comunitario (CECADEC) para participar en el seminario “Familia, crisis y violencia”.

Reconoció que a la fecha no existe una forma de controlar estos medios de comunicación actuales e incluso dejó en el aire la duda de si eso es realmente necesario, lo que sí vislumbró como una posibilidad lo más cercana a la realidad para aleccionar a los adolescentes sobre la importancia de solucionar a través del diálogo los problemas y las diferencias con el otro, que van a existir siempre, pero que no es deseable resolverlas de forma violenta.

El problema no son las diferencias o los conflictos que puede llegar a tener una pareja, lo preocupante es cuando esas riñas se vuelven parte del cotidiano, entonces la violencia se transforma en crónica, todos los días las personas se enfadan y se insultan. El paso siguiente puede ser que quien ejerce la violencia se siente con el derecho de hacerlo.

En Europa el área de atención a las mujeres violentadas está muy bien organizado, lo que no significa que no tenga deficiencias, sin embargo dijo el académico que el objetivo es detenerla o al menos reducir la violencia porque ese es el verdadero problema.

En ese sentido fue donde abordó el tema de la cuestión educativa para aprender a resolver lo que tenga solución y tolerar lo que no la tiene, aprender esto genera sistemas de educación no desde la familia, ni desde las escuelas, sino a través de los medios de comunicación que están siempre centrados en la violencia por la forma en que aumenta su nivel de ventas y deja lo que consideran “desarrollo del intelecto” porque no vende, sin que por ello sean los medios los responsables de la violencia misma.

En el taller que impartió como parte del seminario habló sobre la forma en que se trabaja con mujeres víctimas de violencia y con los agresores; en el caso de las mujeres es ayudarlas a tener el control de sus vidas que en el proceso de la relación fueron perdiendo. En este caso dijo el especialista todas las personas sin excepción de alguna, están expuestas a la posibilidad de la pérdida de control cuando entablamos una relación íntima porque en el proceso hay siempre una cesión de terreno pero con sus respectivos límites.

“Las mujeres maltratadas pierden el control al igual que los demás lo pierden al entablar una relación, sólo que hay un momento en que la parte de control que les corresponde no lo ejercen y cuando tratan de ejercerlo, el agresor siente que pierde terreno y se defiende atacando”.

En uno de estos casos, lo primero que debe aprender la mujer es como dejar el maltrato, que se volvió como una parte del control de su vida y después que retome la seguridad en sí misma.

En los estudios de los que ha tenido conocimiento José Navarro se describen una serie de variables que parecieran predecir violencia, pero lo cierto es que hay casos de mujeres que no tienen alguna de esas características y viven violencia, por lo tanto eso les da a decir que no existe una parámetro que de una pauta segura, no hay una relación causal porque las variables no son fiables.

Otro aspecto detectado a través de estos estudios es que en la vivencia de la violencia hay puntos de no retorno que una mujer le hacen saber el momento de parar, que él la haya tratado de matar, que le haya sido infiel, que ella esté pensando en asesinarlo o que los niños sean objeto de violencia.

Una mujer que ha sido violentada necesita que la protejan; puede ser en un asilo o en un refugio, además de tener la posibilidad de discutir lo que le pasa con un sicólogo o trabajador social, además de contar con apoyo legal y un empleo. En un momento tan vulnerable como éste, lo más importante para reconstruir su vida es que tenga trabajo y no porque los demás elementos sean menos importantes.

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