10 abril 2006

La propuesta gubernamental de radios comunitarias

José Luis Aguirre Alvis

La Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) en Bolivia, que integra desde fines de los años ochenta al mayor número de emisoras rurales, campesinas e indígenas del país, impulsa desde su enfoque pluralista la vigencia y ampliación del derecho a la comunicación como una dimensión necesaria del crecimiento de los derechos ciudadanos en democracia.

AMARC, después de un prolongado trayecto de demandas y retrocesos, posibilitó en el año 2005 el alcance histórico de las primeras bases normativas que reconocen la presencia legal de la radiodifusión comunitaria (Decreto Supremo 28526). Este decreto señala que la naturaleza y fines de la radiodifusión comunitaria son la promoción del carácter participativo, sentido no sectario ni discriminatorio, fortaleciendo el potenciamiento de las identidades culturales, el uso y fomento de las lenguas originarias y la oferta de contenido social y culturalmente apropiado, como medios para lograr la comunicación libre y plural de los individuos.

Este instrumento se sostiene no sólo en el alcance constitucional que reconoce el derecho fundamental de las personas a emitir sus ideas y que comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sino que recupera los alcances de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Ley 1430) que dispone que no se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos tales como el abuso de controles oficiales o particulares (…) de frecuencias radioeléctricas o de enseres o aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones.

Ante el anuncio presidencial de la instalación de un conjunto de radioemisoras comunitarias, con financiamiento extranjero comprometido, AMARC ha expuesto incluso en reciente visita oficial al vocero presidencial, Alex Contreras, que si bien reconocen que la presencia de medios radiofónicos que atiendan a sectores desfavorecidos es una necesidad en la que todos deben sentirse comprometidos política y jurídicamente, no comparten el criterio de que iniciativas oficiales pretendan asumir el carácter histórico de la radiodifusión comunitaria en el país.

Primero, porque este tipo de medios desde su condición humilde y de legitimidad local son experiencias independientes a cualquier sujeción sectaria sea esta política o doctrinal.

Segundo, son medios garantes de un espíritu pluralista en la expresión de las ideas. Tercero, se constituyen en espacios de fortalecimiento natural de las relaciones de convivencia democrática, y de fomento de las relaciones intra e interculturales.

Además, que están convencidas como el conjunto del movimiento de la radiodifusión comunitaria presente en el mundo que su meta supera la comunicación misma pues apunta a contribuir desde la palabra a la democratización misma de la sociedad.­­­­­­José Luis Aguirre es comunicador social, representante de AMARC en Bolivia

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