06 abril 2006

La plutocracia desafuera al Estado mexicano

Por: Julio Pomar (especial para ARGENPRESS.info) (Fecha publicación:05/04/2006)

“Triunfó” el duopolio Televisa-Azteca y se impuso en el Senado, ratificando la garrafal pifia que cometieron los diputados (sobre todo los del PRD, que se sumaron a la iniciativa por cretina abulia) y se aprobaron reformas a las leyes de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones, lo que representa un girón más del camino de dominio que panistas y priístas le han abierto desde hace años a la plutocracia nativa para sobreponerse al Estado mexicano.

Y todo por el plato de lentejas de un favorecimiento electoral de corto plazo. Por andar en el inmediatismo servil hacia la telecracia, en su desesperación por derrotar a Andrés Manuel López Obrador, priístas y panistas han golpeado rudamente al Estado, poniendo en manos privadas y oligopólicas lo que debiera ser, única y exclusivamente, potestad del Estado: el concesionamiento del espectro radioeléctrico nacional.

El hecho tiene, como lo han acusado a saciedad las voces críticas desde el viernes 31 de marzo, en que ocurrió el atentado legislativo contra el Estado, un nefando origen y una perversa significación. El origen es electoral y sólo refleja la ansiedad y el espeluznamiento con que los supuestos y auto declarados dueños de México quieren evitar a como dé lugar que el pueblo ejerza su soberanía el 2 de julio próximo.

Es nefando el origen de esta reforma, desde que poderosos intereses privados pusieron de rodillas tanto a diputados como a senadores, con la honrosísima excepción de 40 senadores inconformes, de todos los partidos, incluidos del PRI y del PAN. La significación perversa de este hecho estriba en pretender resolver la sucesión presidencial mediante un golpe de Estado mediático. O lo que es peor, pudieron aplicar, con la complicidad del PRI y del PAN un desafuero a la sociedad y al Estado en materia de radio, televisión y telecomunicaciones.

Lo que no le pudieron hacer a López Obrador en 2005 se lo hicieron al Estado.Quieren crear un choque como el de VenezuelaA partir de estas reformas, no será el Estado quien otorgue las concesiones, sino el conjunto de los intereses plutocráticos ya establecidos en el ramo, a través de licitaciones “al mejor postor”, quienes lo decidan, o sea, a favor de los núcleos con capital. De una situación en que durante décadas sólo el titular del Ejecutivo, el presidente en turno, tenía atribución para otorgar las concesiones, se pasa al lado contrario, donde el presidente en turno ya no tendrá virtualmente ninguna atribución para hacerlo.

Del despropósito jurídico y político de un monopolio unipersonal se pasa a otro peor, sumamente grave, y se yugula la incipiente democracia mexicana a manos de la peste plutocrática, amén de que se coarta el camino de la radio y la TV públicas, así como el de las radios comunitarias. So pretexto de ese cambio, o sea, sacar de las manos exclusivas del presidente en turno el concesionamiento de las frecuencias, se pone en manos del duopolio televisivo (Televisa y TV Azteca) esa decisión, así como en las de sólo ocho familias dueñas de las concesiones de radio en el país. Pero sería parco el análisis si no se dijera que, aparejado a ello, es evidente que las fuerzas oligopólicas nativas están preparando con esto un enfrentamiento futuro con quien resulte triunfador en las elecciones presidenciales de julio próximo, que según todos los indicadores disponibles hasta hoy, será Andrés Manuel López Obrador, para crear una situación homóloga a la de Venezuela, donde el monopolio privado de la comunicación se ha enfrentado al presidente constitucional de aquella nación, intentando golpes de Estado y acusándolo de “tiránico” y “enemigo de la libertad y la democracia”.

No en balde el derechista PAN está difundiendo un espot provocador en el que equipara a López Obrador y a Hugo Chávez, que no ha dejado de calar en los ámbitos clasemedieros potencialmente cacerolistas. Y no en balde, asimismo, la “prédica” de campaña tanto del panista Calderón como del priísta Madrazo es declarar a López Obrador como “un peligro para México”, un “espanta-chambas”, un “enemigo a muerte” de los empresarios, bla, bla, bla.“Gordito” estaba mejor Pablo Gómez; entonces pensabaLos “dueños de México” están en su afán, así sea ilegítimo de toda ilegitimidad.

Los que han llenado de vergüenza al Poder Legislativo, son los bribones menores del cuento: Emilio Gamboa Patrón (salinista del PRI), Diego Fernández de Ceballos (salinista del PAN), Enrique Jackson Ramírez (zedillista del PRI) de seguro Roberto Madrazo (salinista del PRI) y otros menores. En el lado del frente, se han cubierto de honra política Manuel Bartlett Díaz y Dulce María Sauri (del PRI no salinista), así como los panistas Javier Corral Jurado y Felipe de Jesús Vicencio, lo mismo que las bancadas senatoriales del PRD, del Partido del Trabajo y de Convergencia, quienes han dado una batalla fenomenal para impedir el atentado contra el Estado mexicano.

No lo han logrado éstos, pero dejaron tan maltrecho el “triunfo” plutocrático, que el asunto se deberá ver, inevitablemente, en el próximo gobierno, de triunfar López Obrador naturalmente.En cuanto a los diputados perredistas, les “pasó de noche” la iniciativa de “Ley Televisa” y la aprobaron en conjunto con los demás partidos en sólo siete minutos por absoluta mayoría. Ya se ve que le hizo mucho daño al coordinador legislativo del PRD, Pablo Gómez, tan fiero él, el estar a dieta y adelgazar. Estaba mejor “gordito”, pasado de kilos. Al menos, pensaba y reaccionaba. Ahora tontea.

http://www.argenpress.info/nota.asp?num=029246