23 abril 2010

LA TRANSICIÓN DIGITAL DEJA UN MERCADO CONTROLADO POR UN OLIGOPOLIO DE GRANDES CORPORACIONES MEDIÁTICAS

Entrevista exclusiva al Representante Especial para Cambio Climático del gobierno mexicano
“Tenemos que llegar con acuerdo de los Jefes de Estado a la cumbre de Naciones Unidas”

Tras el apagón no llegó la luz a la TV

El 3 de abril se produjo el apagón analógico, una oportunidad para ampliar la oferta y los servicios televisivos. Al contrario de lo que ha sucedido en países de Latinoamérica, donde se reserva una importante parte del espectro televisivo a proyectos no comerciales, la adaptación a la era digital del Gobierno ZP (tras el fracaso de Quiero TV con Aznar) está marcada por la permisividad de la concentración mediática. Tanto a nivel estatal como autonómico, los propietarios de las cadenas y de las productoras audiovisuales se reducen a un mínimo grupo de grandes corporaciones mediáticas, propiedad de multinacionales de otros sectores. Héctor Rojo Letón (Redacción)


“Más canales. Mejor calidad de imagen y sonido. Más servicios”. Éstas son las tres consignas a las que se ha aferrado el Ministerio de Industria, encabezado por Miguel Sebastián, para convencer de la necesidad del gasto de 12.000 millones de euros en infraestructuras y de que era necesario instalar un adaptador de Televisión Digital Terrestre (TDT) en cada televisor. El 3 de abril, sin el adaptador ya no se podía ver la televisión analógica. Pero ¿tenemos una televisión diferente? ¿Más plural?

“Más canales no quiere decir mejor información, programas. O mejor televisión, en definitiva”, explica Carlos Estévez, ex director de Radio Televisión Española Digital en los años ‘90, cuando se empezó a planificar lo que hoy se ha traducido en la TDT. Estévez recuerda que entonces su objetivo era romper la brecha digital que plataformas como Canal Satélite Digital (PRISA) o Vía Digital (Telefónica) estaban instaurando, tanto por cuestiones culturales como económicas. “Cualquier persona debería tener acceso a los canales temáticos y a cualquier producto de interés general”, se lamenta Estévez, quien cree que por determinados intereses, como los derechos del fútbol, se ha accedido a permitir el cobro por visión en la TDT. El guión se ha cambiado, quizás tras el ejemplo de Italia. En los primeros nueve meses de 2007, Mediaset (Berlusconi) ingresó más de 140 millones de euros por la compra en Italia de tarjetas para ver fútbol y películas.

“Nos encontramos ante un desmantelamiento del servicio público en favor de los grandes grupos de comunicación que se manifiesta en un proceso de concentración y fusión”, explica a este periódico Ramón Zallo, catedrático de Comunicación Audiovisual de la Euskal Herriko Unibertsitateko/Universidad del País Vasco. Para Zallo, esto se produce porque se han concedido las licencias por las presiones al Gobierno de los grandes grupos privados, y “ahora se han dado cuenta de que no hay espacio de negocio publicitario para todos. Es culpa de su voracidad”.

A pesar de tener muchos más canales, la oferta se queda en manos de cinco grandes grupos mediáticos. “Es mentira que exista competencia y pluralidad en la televisión. No hay más que fijarse en las productoras cuenta a DIAGONAL Pascual Serrano, que en 2009 publicó el libro Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo, y ahora prepara uno sobre los propietarios de los grandes grupos comunicativos del Estado español. “En Catalunya se dieron sólo a un operador, el grupo Godó (La Vanguardia). Su oferta se limita a un canal, la cesión de una emisora a Barça TV, otro emite música y para el último ha llegado a un acuerdo con la distribuidora de cine Filmax”, explica la integrante de Okupem les Ones y profesora de la facultad de Coomunicación de la Universitat de Catalunya. Serrano explica que Godó (La Vanguardia) es el segundo accionista de Unión Radio (UR), por detrás de PRISA” UR posee, entre otras emisoras: SER, 40 Principales [con una cadena estatal de TDT], Cadena Dial...

Si seguimos cambiando de canal, comprobamos que las conexiones continúan. “Televisa es socia de MediaPro en LaSexta, pero también es socia de PRISA en la radio mexicana”, añade Serrano. Para terminar de dibujar esta tela de araña debemos mirar con detenimiento y comprobar las relaciones de sus accionistas, integrantes de consejos sociales, las entidades bancarias que soportan su deuda o quién paga la publicidad que emiten.

Estas fuentes coinciden en que se nos ha presentado un simple cambio tecnológico como un milagro, sin embargo no hay rastro de mayor pluralidad, más participación o más democracia. Más bien de lo contrario. Los grandes grupos mediáticos “uniforman a escala planetaria los reflejos y comportamientos del ser humano, anestesiando en las personas el espíritu crítico y destruyendo la originalidad y riqueza de la cultura de cada pueblo. Son los vectores de la ideología del sistema y tiñen la información ya filtrada de esa misma ideología y en función de sus intereses particulares”, recoge en La armadura del capitalismo (2009) el abogado Alejandro Teitelbaum. “Los medios necesitan vivir de la publicidad, pero no para la publicidad, ya sea de forma encubierta o descubierta. Y esto es lo que ocurre. Se llama información a favorecer los intereses de empresas financieras, agroalimentarias, farmacéuticas...”, explica Dardo Gómez, secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas.

Con la mirada en la ciudadanía, y especialmente en su gremio, el periodístico, Gómez afirma: “Aquí estamos muy atrasados en cuanto al derecho de información: todavía se cree que ésta es propiedad de los medios o de los periodistas, cuando es un derecho de la ciudadanía”. Gómez relata con envidia la situación que trabajadores de la información tienen en Estados cercanos como el francés, el portugués o el italiano. En este último, la redacción puede aclarar junto a una información que no está de acuerdo con lo publicado. “Mejoras en este sentido fueron prometidas por Zapatero y el PSOE antes de llegar al Gobierno. La implantación de la TDT es otro ejemplo de cómo se ha traicionado el derecho a la información, incluso de cómo se ha torpedeado”.

Mejor calidad, ¿más servicios?
“Habría que estudiar dónde han ido las inversiones públicas para implantar dos años antes del plazo previsto la TDT”, se pregunta Serrano. Y el propio ministro Sebastián parecía responderle el 30 de marzo cuando daba la bienvenida a la TDT: “Este adelanto ha posibilitado que muchas empresas españolas estén instalando las infraestructuras de TDT en países como Alemania, Francia, Reino Unido, Finlandia y Noruega, entre otros, y que otras se estén situando estratégicamente en mercados tan de futuro como el latinoamericano, asiático o africano”.

Una de estas beneficiarias ha sido Abertis (con participación de la constructora ACS, de Florentino Pérez), a quien también nombró Sebastián como integrante de la campaña Impulsa TDT. Eso sí, no recordó la multa que le impuso en 2009 la Comisión Nacional de Competencia, que hace unos días volvía a abrir un expediente sobre su posición de abuso en el mercado.

A pesar de todo, la cobertura no ha sido total, “y se ha necesitado la conexión por satélite de un 5% del territorio”, denuncia Estévez, quien recuerda el también fracasado proyecto de e-government.

Junto a la TDT, y su interactividad, se debería estar implementando posibilidades de gestión de servicios como los de Hacienda o la Seguridad Social a través de la televisión. “Algo que se había asegurado que pasaría. Así, habríamos entrado en una etapa nueva de información”, concluye Estévez.

http://www.diagonalperiodico.net/Tras-el-apagon-no-llego-la-luz-a.html

12 abril 2010

¿Hay alguien ahí?

Después de 50 años sin haber captado señales extraterrestres de radio y televisión, la digitalización nos hace ahora casi invisibles a seres de otros mundos LUIS ALFONSO GÁMEZ |



por Frank Drake y Carl Sagan, que ya habían conseguido que las sondas 'Pioneer 10', en marzo de 1972, y 'Pioneer 11', en abril de 1973, despegaran con sendas placas dirigidas a otras inteligencias: incluían nuestra dirección cósmica y las siluetas de un hombre, de una mujer y de la nave a la misma escala para que los alienígenas se hicieran una idea de nuestras proporciones.

Las dos 'Pioneer' y las dos 'Voyager' -que llevan cada una un disco de oro con sonidos de la Tierra y despegaron en 1977- tardarán entre decenas de milenios y millones de años en llegar a otra estrella, aunque son los ingenios más veloces construidos por el hombre: la 'Pioneer 11', la más lenta, viaja a 42.000 kilómetros por hora y la 'Voyager 1', la más rápida, a 63.000. Pero es que las distancias interestelares se miden en años luz, años viajando a la velocidad de la luz, la que alcanzan las ondas de radio. Por eso, la señal enviada desde Puerto Rico en 1974 llegará al punto hacia el que se mandó, situado a 25.000 años luz, en 25.000 años mientras que la 'Pioneer 10' tardará 1.690.000 años en alcanzar la estrella Aldebarán, a sólo 65 años luz.

¿Qué nos contarán?


No se espera que el mensaje de Arecibo tenga respuesta porque, debido a la rotación de la galaxia, el cúmulo de estrellas M13, al que iba dirigido, no estará ahí cuando llegue. La señal de radio contiene un gráfico del Sistema Solar; los números del uno al diez; los números atómicos del hidrógeno, el carbono, el nitrógeno, el oxígeno y el fósforo -componentes del ADN-; y la figura de un ser humano y su altura. «Nosotros tenemos capacidad tecnológica para detectar emisiones de ese tipo. Teóricamente, Arecibo podría hablar con otro Arecibo del centro de la galaxia, a unos 30.000 años luz», dice Lemarchand. Pero ¿de qué conversarían dos Humanidades totalmente extrañas?

Sagan, uno de los más entusiastas impulsores de SETI, creía que las supercivilizaciones de la Vía Láctea podrían haber redactado una suerte de 'Enciclopedia galáctica' que sería lo primero que recibirían los nuevos socios del club. El primer contacto supondría, así, una especie de inmersión en el conocimiento más increíble de la mano de sociedades miles, si no millones, de años más avanzadas que la nuestra. Lemarchand no comparte ese optimismo tan característico del autor de 'Cosmos' y descarta que, de buenas a primeras, vayamos a recibir tan fantástico regalo. «La distancia impedirá que determinen nuestro grado evolutivo y poner ese conocimiento en manos de alguien no preparado sería como darle a un niño un ingenio nuclear».

En un primer momento, la alarma puede saltar por una sucesión de números primos, los divisibles por sí mismos y por uno: 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23, 29, 31, 37... Una secuencia así es el clásico saludo inicial en las historias de ciencia ficción sobre el primer contacto porque no se sabe de ningún fenómeno natural que genere una serie de primos: se trata de una especie de '¡Hola!' matemático. En 'Contacto' (1985), la novela de Sagan llevada al cine por Robert Zemeckis en 1997 con Jodie Foster de protagonista, tras ese saludo llegan los planos para construir una supermáquina. ¿Y en la realidad? Nadie lo sabe. Lemarchand sospecha que «el contenido del primer mensaje estará seguramente relacionado con el arte». De hecho, igual ya nos ha llegado y no nos hemos enterado.

Tribu cósmica


Puede que estemos tan solos en el Cosmos como en la Tierra una tribu del Amazonas cuya tecnología más avanzada sea el arco y las flechas. Ese grupo primitivo no sabe de la existencia de los otros 6.800 millones de seres humanos con los que comparte el planeta porque, simplemente, no dispone de los equipos necesarios para captar las señales de radio, televisión y radar que bañan su rincón del mundo. «El 99% de la información del Universo viaja en señales electromagnéticas. Pero una supercivilización de millones de años que quiera comunicarse con otras a su nivel puede estar usando neutrinos, que no interaccionan con nada y son muy eficaces para el viaje a grandes distancias», apunta Lemarchand. Nada impide, por tanto, que seamos a escala galáctica el equivalente a una tribu perdida de la Edad de Piedra.

«En una galaxia con millones y millones de planetas, me resulta difícil imaginar que no haya alguien ahí fuera», dice Shostak. Su colega argentino coincide. Cree que, si revisado el 80% del gigantesco pajar no hemos encontrado ninguna aguja, podría ser que estuviéramos solos en la Vía Láctea. Pero, por ahora, la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia; la falta de pruebas no prueba nada cuando, como decía Sagan, apenas hemos mojado los dedos de los pies en el océano cósmico. Y es que, según Lemarchand, en 50 años sólo hemos examinado el 0,000000000000001% (un cero seguido de una coma y 14 ceros antes del uno) de ese pajar del tamaño de 35 Tierras al que equivaldría sólo nuestra galaxia.

La 'Enterprise', nave insignia de la Flota Estelar de la Federación de Planetas Unidos, viaja entre las estrellas desde el 8 de septiembre de 1966. Se aleja de nosotros a 300.000 kilómetros por segundo, la velocidad de la luz, y está a punto de alcanzar las inmediaciones de 58 Eridano. Si alrededor de esa estrella, del mismo tipo que el Sol, se ha desarrollado una civilización tecnológica, es posible, aunque altamente improbable, que algunos de sus miembros se enganchen a las aventuras televisivas del capitán Kirk y el primer oficial vulcano Spock, protagonistas de la serie 'Star trek', cuyo primer episodio habrá tardado 44 años en llegar hasta 58 Eridano.

La primera emisión televisiva con potencia para traspasar la atmósfera terrestre fue la de Hitler inaugurando los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936. Con el paso de los años, según se generalizaron la radio, la televisión y el radar, gritamos cada vez más alto al Universo que estamos aquí. «Pero nuestro pico de transmisiones fue muy corto», advierte el astrofísico argentino Guillermo Lemarchand, autoridad mundial en la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI, por sus siglas en inglés). La vociferante Humanidad empezó a bajar el volumen al acabar la Guerra Fría -«en los años 80, los gritos más poderosos los daban los radares militares: en su cotidiano barrido del cielo para detectar un posible ataque nuclear, iluminaban como mínimo durante 7 segundos cada región del cielo»- y casi enmudecerá con el cese de la radio y la televisión analógicas.

Las antenas convencionales emiten las señales analógicas en todas direcciones con una potencia miles de veces mayor que la necesaria para las digitales, aunque éstas ofrecen más calidad de imagen y sonido. Además, las señales digitales se transmiten por cable o fibra óptica, o se envían directamente a satélites que las rebotan hacia la Tierra, con lo que casi no escapa ruido al espacio. «Dentro de muy poco seremos indetectables», advertía en enero el astrónomo Frank Drake durante una reunión sobre SETI celebrada en Londres. Según este pionero en la búsqueda de extraterrestres, la radiación inteligente que hoy escapa de nuestro planeta no supera los 2 vatios de potencia, el máximo permitido para un móvil en España. Y hacia 2020, cuando el apagón analógico sea casi mundial, será todavía más débil.

Un pajar como 35 Tierras

¿Es posible que ese mismo camino lo hayan recorrido otras civilizaciones y por eso no las escuchemos? «No creo que ésa sea la explicación a la ausencia de contacto. Un argumento mucho más razonable es que apenas hemos comenzado nuestra búsqueda, con menos de un millar de sistemas estelares cuidadosamente examinados hasta la fecha. No es de extrañar que todavía no hayamos encontrado nada», responde desde California el astrónomo Seth Shostak, del Instituto SETI. Las cifras del Universo juegan a su favor: se calcula que tiene unos 13.700 millones de años y unos 100.000 millones de galaxias, con una media de 100.000 millones de estrellas cada una.

«Limitando la búsqueda a nuestra galaxia y suponiendo que en ella hay al menos un millón de civilizaciones homogéneamente distribuidas, las variables a considerar en el espectro electromagnético -frecuencia, potencia, distancia, polarización...- definen el área de localización como el equivalente a un pajar de 35 veces el volumen de la Tierra», ilustra Lemarchand, quien cree que todavía falta mucho para temer, con fundamento, que estemos solos.

El rastreo del cielo a la caza de emisiones inteligentes empezó hace 50 años. Entre abril y junio de 1960, Frank Drake usó la antena del observatorio de Green Bank durante 200 horas para captar posibles señales de Epsilon Eridani y Tau Ceti, dos estrellas de la edad del Sol que están a 10, 5 y 12 años luz de nosotros, respectivamente. Llamó a la iniciativa Proyecto Ozma, por la reina de la mágica tierra de Oz. No hubo suerte entonces ni la ha habido después. Gracias a SETI, sin embargo, se identificó en 1967 el primer púlsar, una estrella de neutrones que emite radiación a intervalos que oscilan entre el milisegundo y unos segundos. Sus descubridores, los astrofísicos Jocelyn Bell y Antony Hewish, lo bautizaron como LGM-1 -de Little Green Men (hombrecillos verdes)- porque creyeron al principio que era un faro o un sistema de comunicación alienígena.

«Es más fácil que nosotros detectemos extraterrestres que ellos nos detecten porque, para que nos descubran, tienen que estar como mucho a unos 75 años luz, que es la distancia que han recorrido nuestras emisiones más antiguas», explica Lemarchand. Sólo hay unas 15.000 estrellas a menos de 100 años luz. Por el contrario, nada impide en teoría que nuestros radiotelescopios recojan señales enviadas por una civilización tecnológica hace cientos, miles o millones de años. Además, medio siglo de búsqueda es mucho desde el punto de vista de una vida humana, pero ni un suspiro para el Universo. Si redujéramos la edad del Cosmos al equivalente a un año y el Big Bang hubiera ocurrido el primer segundo del 1 de enero, el asteroide que acabó con los dinosaurios habría caído el 28 de diciembre y ¡habríamos empezado a buscar extraterrestres en la última décima de segundo de Nochevieja! Las dimensiones y la edad del Universo no son, por tanto, razones para desanimarse por la falta de contacto.

Telefonazos a otros mundos

A Shostak tampoco le inquieta que otras civilizaciones hayan seguido el mismo camino que nosotros y digitalizado sus emisiones de radio y televisión. «Cualquier sociedad avanzada necesita transmisores potentes, como radares para vigilar los cometas de larga duración. Por eso no me preocupa que todas sean completamente silenciosas desde la perspectiva de la radio y televisión». El astrofísico estadounidense cree, además, que esos extraterrestres pueden estar enviando mensajes al espacio con el único objetivo de que las detecten otros seres inteligentes. Nosotros ya lo hemos hecho varias veces.

Llamamos por primera vez a otros mundos el 16 de noviembre de 1974 para celebrar la remodelación del radiotelescopio de Arecibo, cuya antena tiene 305 metros de diámetro y está construida en una depresión de la selva portorriqueña. El último telefonazo a ET consistió en 5.000 mensajes de particulares enviados en marzo al espacio desde Reino Unido con motivo de la celebración de la Semana Nacional de la Ciencia y la Ingeniería. El mensaje de Arecibo fue diseñado

http://www.larioja.com/v/20100412/cultura/alguien-20100412.html